Desde hace casi tres años tengo en el volante del coche un botón que me permite fijar la velocidad a la que circulo por la carretera. Si el límite son 80 kilómetros por hora, a 80 que me clavo. Si son 120, a 120 que voy.

Esto me ha permitido darme cuenta de la cantidad de gente que va por debajo de esa velocidad por el carril del medio de la autopista. Yo, por el carril derecho, a la velocidad adecuada, me encuentro con que voy dejando atrás a otros coches que no se dan cuenta que deberían circular de forma ordenada. No son conscientes que el tráfico a su alrededor va a otra velocidad.

La semana pasada Anna Quintero nos hacía un resumen de la jornada de Community Management, iniciándolo con un video que ya había visto y que hoy recupero en el blog de Daniel Pérez: la revolución de los social media.

Lo que me deja anonadado es la cantidad de conocimiento que requerimos ahora mismo y que en unos años será obsoleta. Algunos profesionales, al igual que en la autopista, se encuentran de repente en un entorno en el que su velocidad ya no es la adecuada. El problema ya no son los conocimientos sino la capacidad de adaptación al medio, de desaprender rápido e incorporar unos nuevos.

Qué deben hacer las empresas, sus managers o los profesionales mismos en estas situaciones?