En el seminario de ayer en Sant Cugat, tanto el ponente que me precedía (Carlos Sánchez, fundador de e-Motiva) como yo hicimos énfasi en la importancia de comunicar al candidato: si bien es importante comunicar a un candidato que ha sido aceptado (obviamente), es mucho más importante la gestión del NO.
Para mi gusto lo que a continuación explicaré debe aplicarse con sumo cariño si se usa para comunicar un NO.
Se puede usar la comunicación via SMS para este tipo de acciones (a través de diversas aplicaciones o webs), es decir, comunicar al candidato la próxima fecha de una entrevista, que ha pasado la primera fase de pruebas, que se le acepta, etc.
Me gustaría hacer hincapié de nuevo en que si se usa para este propósito, el NO debe ser lo más personal posible; (por ejemplo) agradeciendo la participación del candidato en el proceso e invitándole a inscribirse a futuras vacantes.
El problema radica más, no en la forma de comunicarlo, que es importante, como ya comentas, sino en el hecho de comunicarlo en si.
Normalmente no dicen/ decís nada.
Por mi experiencia actual como “Candidato” a mi me gustaría que me informaran del No y del porque, tengo claro que esta información ayudaría al candidato para mejorar en posteriores búsquedas.
Gràcies pel comentari, Sergi!
A quien te refieres con “decís”? Yo lo digo! Incluso llamo personalmente para comunicarlo (me gusta dar la cara).
Por otro lado, levantas un tema muy interesante, el NO “didáctico”.
D.
El “decís” es en general.
:-)
Curioso tema, tan fácil de hacer, tan importante para la propia marca de la empresa (nunca sabes cuando un candidato acabará siendo cliente, o cuando irás tú a buscarle) y tan dejado de la mano de Dios.
Si un candidato ha entrado en un proceso de selección, me parece lamentable que la empresa no comunique el no. El caso más surrealista que me ha pasado fue con Dell, me pagaron un viaje a Montpellier en avión y el hotel, para una entrevista de dos horas. No me llamaron para decirme que no. Después de gastarse un pastón para hacerme la entrevista, todo lo que habían ganado de imagen, lo perdieron por una llamada. ¿Tanto costaba?
Tuve una empresa microscópica, pero he contestado todos y cada una de los correos solicitando empleo que he recibido, incluso después de quedar la empresa sin actividad. Me parece lo mínimo que se puede hacer, cuando alguien se toma la molestia de ofrecerse (claro que algunos se nota que tiran con perdigón, y así les irá -supongo-). Un correo tipo, en el que cambiar el nombre, te llevará no más de una hora si te lo tomas en serio, buscas alguno de empresas importantes, y lo adaptas a tu propia empresa. ¿Tanto cuesta?
Un estudio indica que una mala experiencia en el proceso de selección hace que un 64% de los candidatos sean menos propensos a adquirir productos de esa Compañía.
También tienes la opción C: quedarte esperando, sabiendo que el puesto aún no lo han ocupado, y que por “razones estratégicas del grupo” no han podido dar el adelante a la incorporación de la persona.
El pasado mes de abril, tenía sobre mi mesa dos ofertas de empleo muy interesantes; una consultora de marketing internacional, como project manager, y otra de una empresa dedicada al outsourcing financiero, como Key Account.
La primera era mi preferida, porque me aportaba la posibilidad de dar un giro a mi carrera y “respirar” un ambiente multinacional. También sobra comentar que aún estoy esperando a que me digan, al menos, que pasó con la “urgencia”.
Acepté la segunda oferta, profesional y personalmente ha sido un avance considerable.
Pero aún tengo el resquemor y la sensación del “¿y si?”
Este caso ya me ha ocurrido en dos ocasiones en mi vida profesional, y me planteo si tengo mala suerte o que las empresas no tienen claro lo que buscan cuando ponen una oferta de empleo.
Suele pasar que la persona que selecciona sufre los vaivenes de la organización que hacen que el proceso pueda acelerarse o frenarse en cualquier momento.
Me alegro que tomaras la decisión correcta (a pesar de los “y si”). Enhorabuena.
D.