El post sobre el porcentaje de trabajadores que se llevan algo de su empresa al abandonarla está generando un debate que creo merece una reflexión.
En mi pregunta no aclaraba si la “sustracción” se había realizado al abandonar la Compañía, así que quiero pensar que la encuesta refleja de forma general qué se suelen llevar los trabajadores de su empresa:
- Casi un 50% (la mitad!) de los que han respondido a la encuesta indican que se han llevado material de oficina. Bueno, sé de una chica que se lleva a diario papel higiénico de la empresa para casa… así que no se me hace extraño que esa sea la primera opción.
- Un tercio de los que han respondido se han llevado contactos de clientes y un 15% del total se lleva información de negocio… y es en estas dos donde se genera la discusión.
De aquí me surgen dos lineas de pensamiento:
Quien es el propietario de los contactos de los clientes que gestiona un profesional? Si tengo la autoría de un informe de negocio, tengo el derecho a llevármelo? Como ejemplo, el comentario de Senior Manager:
Yo siempre me llevo lo que considero como mío; es decir los manuales que elaboré, los formatos que inventé, los contactos que creé, las normas que traduje y de vez en cuando …a los mejores empleados que formé. Nada de eso lo considero como propiedad de la empresa, aunque ellos insistan en lo contrario, yo igual me lo llevo…
Es la empresa la propietaria de esa información y contrata al profesional para que desarrolle esa actividad sin otorgarle la propiedad? Y aquí tenemos la respuesta de Marcos desde este otro punto de vista:
Devuelves el dinero en sueldos que te han pagado en base al tiempo que has utilizado de tu empresa para realizarlos ?
Entiendo que podemos ceñirnos a conceptos legales que nos lo aclararían fácilmente, pero si se genera el debate es que no está igual de claro para todos. Si un porcentaje tan alto de la gente se lleva cosas, las empresas blindan eso en los contratos porqué es relevante o es que no importa tanto como parece?
Si pensamos en los profesionales como empresas unipersonales, podríamos hacer la misma pregunta pero en sentido contrario.
¿Quién es el propietario del tiempo y esfuerzo extra (no pagado) aportado por el profesional? Los fines de semana de implantación de SAP o las llegadas a horas intempestivas a cualquier aeropuerto perdido.
¿Cuál es el coste de oportunidad para los profesionales de la prohibición de muchas empresas de tener un blog personal, escribir artículos o dar conferencias sobre su área de experiencia?
¿Cuál es el valor de la palabra dada a un proveedor o un cliente en una negociación cuando se convierte en papel mojado porque cambia la estrategia de la compañía?
Quizás sería interesante empezar a poner en un lado de la balanza los bolígrafos robados y en el otro la credibilidad, los principios o las horas de sueño perdidas por los profesionales a causa de los vaivanes de las compañías.
Llevarse “cosas” ajenas no está bien. Tampoco lo es utilizar medios pagados por la empresa para fines propios.
Como bien apunta Andrés, el juego de “yo te pago por 40 horas de trabajo semanales teóricas pero te asigno una carga de trabajo que al menos necesita 60 y si no lo haces eres un “low performer” no lo empezaron los empleados.
Cuando hay un sentir generalizado de que la empresa nos debe más de lo que nos da y la gente intenta equilibrar la balanza por medios que son incluso ilegales, por algo será.
El problema de fondo que veo aquí es que quien siembra mezquindad, recoge mezquindad.
JM
Yo sigo con mi cruzada a favor del empresario honesto y competitivo que intenta y consigue incrementar el rendimiento económico de su empresa a través de las personas incrementando la satisfacción de la persona por pertenecer y desarrollarse profesionalmente en la empresa.
Ese tipo de empresario, ¿no está indefenso cuando ha formado personas a los que ha ofrecido oportunidades únicas de desarrollo profesional y estos, a cambio, ante una oportunidad de mejora personal, te abandona y “se lleva” (literalmente) tu know how que le has brindado?
Estoy completamente de acuerdo con el comentario anterior de quien siembra mezquindad, recoge mezquindad… pero si siembras ilusión, optimismo y responsabilidad social empresarial (aunque el término ya sea feo decirlo) hacia tus empleados, también puede recoger mezquindad.
Saludos,
Nacho Muñoz
Yo sigo en mi misma línea de pensamiento… Así que todo lo que considero como de mi creación, le hago una copia y lo voy guardando en un archivo , y si algún día me voy, pues me lo llevo… ya que puede que le vueva a dar uso en el futuro: Ojo, no digo que dejo a la empresa sin mi creación, no: sino que me llevo una copia, a excepción de los empleados que me he llevado conmigo, claro está.
SM
Considero una visión muy diferente, según se trate del empresario o el empleado, pues ambos se aferran a lo que consideran como bien propio. Si el vínculo que se establece entre ambos está consolidado, hay motivación, buen clima laboral, se tiene en cuenta la aportación del trabajador y tiene esa necesidad de pertenencia a la empresa, la perspectiva es distinta por ambas partes. Si bien, estoy de acuerdo en realizar las correspondientes ‘backups’ de nuestro trabajo, por el bien común, además de por el nuestro como parte interesada.