El lunes participé en la votación de los premios de Ecommretail con gente de otros portales. Una de las categorías a votar era “redes sociales” y pensé que la palabra MEDIOS sociales debería aparecer más veces de lo que lo hace la palabra REDES. No porqué no sean redes sinó por la importancia de estas herramientas como medio de comunicación.
Esta semana estamos asistiendo a la aparición del primer modelo de negocio público de Twitter. Me esperaba algo más sofisticado, pero han tirado por el ABC de los modelos de negocio que ya conocemos en los Clasificados de toda la vida: sobresalir del resto a cambio de una cantidad. De hecho, hace unos días preparé un documento sobre las diferentes fórmulas de monetización de un proyecto online de un amigo y este modelo estaba entre las primeras opciones. Qué hace sinó Google? Qué hace eBay? O sin ir más lejos… qué hacen los portales de empleo? O cuál es la filosofía de la publicidad en papel, radio o televisión? (Podemos discutir sobre el modelo publicitario en general. En lo que a mi respecta, no creo en la publicidad masiva en general o a matar moscas a cañonazos). En fin, de esta forma, cuando buscas coffee en Twitter, Starbucks aparece en primera posición.
No me parece mal (y aunque me lo pareciera, es su web y no la mia), pero me han hecho pensar en lo de siempre: la relación señal vs. ruido en internet. Algunos ya se preguntan si la gente clicará realmente en estos Twits (Starbucks deberá sacarle mucha punta al lápiz para conseguir un buen CPC).
Será que me hago mayor, pero como usuario de Twitter parezco una embarazada con hipersensibilidad a los olores (hiperosmia). Las entiendo cuando se agobian porqué hay cientos de olores en el aire! Qué horror!
Hay cuatro tipos de twiteros:
- Los que nunca hablan de lo que me interesa: ni les sigo ni dejo que me sigan. Sistemáticamente bloqueo a aquellos que me siguen por nada: spammers, chicas con senos abultados, webs que quieren darse a conocer, etc.
- Los que hablan de lo que me interesa y en su justa medida (no me preguntéis cuál es esa justa medida): les sigo, les retuiteo y siempre estoy en búsqueda de más fuentes como estas a través de mi red (el último, Business Insider, descubierto a través de Iñaki Ecenarro)
- Los que hablan de lo que me interesa aunque lo hacen demasiado: engadget o algunos sobre RRHH. Me molesta tener que pensar de forma periódica “debería dejar de leerle” porqué copan demasiado share de mi tiempo de lectura.
- Los que mezclan cosas que me interesan y cosas que no: soy poco dado a la prensa amarilla… y a no ser que pertenezca a mi círculo de conocidos, no me interesa saber a través de Twitter si se alegran que marque el Barça o el Atlético de Madrid, si tienen mucho sueño esta mañana o han visitado dos veces esta semana tal o cual restaurante. Como los anteriores, me molesta tener que pensar de forma periódica “demasiado ruido, lástima que cuando hay señal sea tan buena”.
Es para estos dos últimos casos que internet me ofrece pocas soluciones aún… y los twits esponsorizados ayudarán a las arcas de Twitter y sus accionistas, pero no a mi como usuario. Ese modelo no mejora la calidad de mi experiencia en ningún caso.
Esta semana también leía que alguien (Fred Wilson, uno de los inversores en Twitter) criticaba a los negocios que estaban apareciendo alrededor de Twitter, que sólo cubrían agujeros y no aportaban nada nuevo. Pues discrepo porqué quizás esos agujeros son suficientemente grandes como para albergar a otros modelos de negocio. Por ejemplo, alguno que sepa eliminar el ruido sin que tenga que dejar de seguir a gente interesante o seguirles a través de esos filtros (aunque con 140 caracteres es un tema difícil de tratar).
Por cierto, el jueves por la noche, entrega de los premios Ecommretail.
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