Bajando por la calle me he encontrado con este cartel en la entrada de la estación del metro de Sants. “Entrar así en el congreso es una de las mejores ideas del 2013 o es de las peores?”
Preguntas así suceden a nuestro alrededor a menudo. Si estás en el mundillo de la innovación, suceden muchísimo más. Es esto una buena idea? Es esto una buena solución? La semana pasada decía a los alumnos del Workshop de Innovación que hay que saber poner las opiniones en su lugar. Por supuesto, por detrás de los datos. Una opinión no basada en experiencia tiene una gran dosis de ruido.
Hay que formular bien la pregunta
En el fondo, si alguien nos da la opinión es porqué se la hemos pedido, como pasa en el anuncio. Es la forma como pedimos la opinión que nos lleva a que nos den respuestas inadecuadas.
Si miro bien la pregunta “Entrar así en el congreso es una de las mejores ideas del 2013 o es de las peores?” me doy cuenta que no me da ningún eje para valorar la idea como mejor o peor. Por qué la valoro? Por atreverse a entrar al Congreso? Por que tiene las axilar pulcras? Porqué los tejanos no hacen mucho efecto muffin top? Por la gama cromática utilizada? No lo sé, la verdad. No sé como puntuarla. Siendo honestos, con la pregunta formulada así, no podemos responder.
Hace tiempo me mandaron dos versiones de una página por correo electrónico y me preguntaron cuál debía ser puesta en producción. Mi respuesta fue que dependía de cuál fuera el objetivo con el que se hubieran diseñado las páginas: potenciar las altas, comprender el mensaje, una acción… Sin el eje para ordenarlas era imposible responder.
Para ejemplificar esto, en las sesiones de formación sobre creatividad proyecto en la pared fotos de perritos (las fotos que Google te muestra cuando buscas Puppies) y le digo a la gente que los mataré a todos excepto a uno. Entonces les pido a algunos de ellos a cual salvo y las opiniones son casi tan diversas como los participantes a los que consulto. En el fondo es imposible decidir si no se ha establecido un criterio y/o doy más datos.
Quizás la respuesta está en la proceso de formular bien la pregunta
En cambio, si nos dijeran “Qué idea obtuvo mayor repercusión?” o bien “Qué campaña hizo cambiar a más gente de opinión?”, la respuesta es empíricamente fácil de dar. Ésta idea o la otra o la de más allá. Sin dudarlo. Pero en el momento en que nos formulan una pregunta así deberían darnos los datos de repercusión o de movimiento de la opinión, así que ordenando de mayor a menor podríamos responder… o los que nos hacen la pregunta podrían ahorrársela ordenando ellos mismos la lista.
Esto es extensible a muchas partes del proceso de innovación: Qué problema solucionamos? Qué solución aplicamos? Qué nombre le ponemos?
Todas las preguntas anteriores deberían plantearse tal como: qué problema solucionamos para conseguir el mayor mercado posible? Qué solución aplicamos para satisfacer al mayor número de usuarios? Qué nombre le ponemos para que el mayor número de gente lo recuerde?
PS: Recomiendo la lectura de este post sobre como testear el naming de un producto.
You must be logged in to post a comment.
You must log in to post a comment.