En agosto escribí sobre el proceso de limpieza que hice de los feeds que leo a diario. El proceso continuó hasta un punto en el que me pregunté cual era el criterio por el que estaba poniendo o quitando unos blogs u otros.
Durante una temporada me estuve lamentando de la poca calidad de algunos blogs (coincidió con la época en que apareció -y desapareció- el artículo de Alfredo de Hoces sobre la cancamusa): me irritaban aquellos blogs que sólo me traducían al castellano lo que ya había leído de blogs ingleses, me ponían los pelos de punta los otros que día a día publicaban noticias de inversiones millonarias en negocios online, los que hablaban siempre de su círculo de amigos, los nombres de siempre…
Quise ir un poco más allá y descubrir cual era la regla que hacía que un blog fuera interesante o no. Hace poco llegué a la conclusión que había un parámetro común: la profundidad con que me contaban las cosas. Ya no me vale saber el qué, el como y el cuando. Me interesa saber mucho más el porqué de las cosas y lo valoro mucho más cuando alguien le aporta un valor añadido al hecho en sí que está narrando.
El llegar a esa conclusión me planteé una duda: antes de criticar al resto, qué estoy haciendo yo? Y me di cuenta que estaba rozando el larguero.
Durante años escribí artículos (más o menos) profundos y (más o menos) reflexionados. El blog me sirvió entonces para poner una palabra detrás de otra antes de exponer esos argumentos a mis clientes. Después dejé de escribir o, si lo hacía, era para dejar un apunte en algún lado de algo que me interesaba.
Finalmente dejé de escribir casi del todo. Muchas cosas no se podían escribir por diversas razones:
- lo hubiera tenido que escribir de forma anónima o me hubiera buscado problemas (niño, eso no se dice)
- se quedaron como borradores de ideas con sentido en mi mente que me permitían tomar decisiones pero que no tenía tiempo de hilvanar en forma de artículo
- alguien me estaba pagando para que se lo contara sólo a él
… y la profundidad me la quedaba para mi y mi trabajo.
Han sido dos años muy intensos en los que he incorporado muchas cosas a mi vida personal y profesional. He estado repasando los posts que he dejado a medias todo este tiempo. Hay títulos al estilo de grandes producciones clásicas de Hollywood como Nosce te ipsum, con nombres de películas de extraterrestres como Resilencia u otros que podrían pertenecer a la saga de Aterriza como puedas como Lo que no mata, engorda.
Durante un tiempo necesitaré poner en su lugar todas las cosas que me han pasado. El blog me servirá.
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