En Madrid, ayer, realizamos una sesión de formación en casa de un cliente. Estuvimos sentados con cuatro o cinco Técnicos de Selección que nos contaban cómo usaban InfoJobs en su día a día y buscamos la manera de que pudieran optimizar su tiempo.
Una de las conclusiones que saco de esta reunión es que reclutar es vender.
De cara a aumentar el volumen de CVs recibidos y, sobretodo, la cantidad de candidatos que cuadraran con el perfil requerido, propusimos mejorar la redacción de los títulos de las ofertas para destacar del resto de competidores, enfocar el contenido de la oferta a distanciarse de otras ofertas parecidas, darle la vuelta a las medias jornadas y tranformarlo en “horarios que se ajustan a la vida de un estudiante” o “que permiten compatibilizar con la vida personal”.
Recuerdo que cuando, a finales de 2000, estuve buscando un cambio de aires (que me trajo hasta InfoJobs) pasé de ser yo el que me vendía como candidato a tranformarme en comprador de un puesto de trabajo. De repente un día dejé de lado el “me aceptarán?” y se tranformó en la tranquilidad del “me gustará”? No sé cómo se produjo, pero así fue. De repente, un día, fui yo el que me puse a preguntar a fondo sobre el trabajo a desarrollar, el entorno en el que trabajaría, las posibilidades de desarrollo, etc. Esperaba que me vendieran el puesto de trabajo.
Un reclutador debe conocer los beneficios de su producto para poder responder a cualquier pregunta de los candidatos y vender las cualidades del puesto de trabajo (… y el candidato debe ser un buen comprador, verificar lo que el reclutador le ha contado y no “comprar” a cualquier precio).
Hace tiempo hice una reflexión al respecto, que creo que viene al caso:
Seleccionador o seleccionado
Es exactamente eso. Además la solución es la misma que da uno de tus lectores: las posiciones de poder en la negociación.