Aprovechando que ha empezado la nueva temporada de Fórmula 1 se me ha ocurrido preguntarme, qué pasaría si los míticos Ayrton Senna o Juan Manuel Fangio, pilotando sus mejores coches, compitieran hoy en dia con el peor coche que haya tenido Michael Schumacher en las dos últimas temporadas?

No hace falta decir que Schumacher probablemente no habría tenido ni que poner la última marcha para llegar primero a la meta.

Tampoco hace falta decir que Senna o Fangio fueron los mejores en su época, pero que hoy en dia sus monoplazas no podrían competir con los avances sufridos en los neumáticos, los motores, los combustibles, los chasis, la aerodinámica, etc.

Los tiempos cambian y la tecnología ha ido cambiando con ellos. También ha sido al revés, y a veces la tecnología ha cambiado a la sociedad.

Algunas veces los planteamientos para alimentar a la maquinaria empresarial y para conseguir cubrir vacantes dentro de la estructura de una empresa siguen estancados en el pensamiento, la lógica y la situación del mercado de hace cuatro o cinco años. Tales enfoques están empezando a no ser competitivos.

Se realizan grandes inversiones en métodos para separar el grano de la paja, pero se olvida algunas veces que lo difícil es la recolección.

Creo que la palabra COMPETITIVO es muy adecuada para el mundo del reclutamiento tanto online como offline de hoy en dia… reclutamiento al fin y al cabo.

Todos habremos oído o sufrido que de 10 candidatos citados se presentan 6, que publicando un puesto de Auxiliar Administrativo para Madrid en prensa en papel se reciben 5 CVs, que al dar el sí definitivo a un candidato nos comenta que hace diez minutos ha dado él el sí a otra Compañía y nos quedamos como al principio.

Las empresas están reaccionando a este superhábit de ofertas? Se adaptan a las diferencias entre las zonas de España? Amoldan sus condiciones (salariales o no) a tales dificultades? Las Compañías muestran sus mejores galas en cada oferta? Se buscan nuevas fórmulas que cubran lo que buscan las nuevas hornadas de candidatos (sin torcer el rumbo productivo)?

Como diría Eliades Ochoa, “cómo cambian los tiempos, señora, como cambian los tiempos”.