Esta tarde he tenido una reunión en una de las oficinas de una cadena de centros de fitness de alto standing. Tienen previsto realizar bastantes aperturas en el plazo de 5 años y quieren contar con la colaboración de InfoJobs para reclutar algunos perfiles.
Al llegar, una de las recepcionistas ha saltado literalmente de su silla y con una sonrisa radiante se ha acercado a mi y me ha preguntaso si podía ayudarme. Le he dicho quien era y con quier tenía una cita. Ha descolgado el teléfono, ha hablado con alguien y a continuación me ha dicho que me atenderían en unos minutos.
Sin dejar de sonreir me ha preguntado si quiería tomarme un café, invitación que he declinado.
Al cabo de un par de minutos, la recepcionista se ha vuelto a dirigir a mi y me ha indicado que la persona con quien yo tenía que hablar estaba a punto de venir.
Caray, he pensado, jamás me había encontrado con una recepcionista o una secretaria tan atenta.
La historia de esta chica me la ha contado el Director de Operaciones: un día, hacia las 7 de la tarde y después de haber hecho una docena y media de entrevistas, la última chica a entrevistar apareció en las oficinas de Barcelona con una maleta de viaje pequeña. El entrevistador aprovechó este hecho para romper el hielo y le preguntó porqué traía una maleta. La chica le contestó que acababa de llegar de Salamanca para la entrevista. Creo que al entrevistador las cejas le tocaron el techo de la sorpresa. La chica le explicó que tenía reservado el tren de primera hora de la mañana siguiente para volver a casa. Acto seguido el entrevistador avisó a su secretaria y le pidió que reservara un hotel para la candidata.
Me ha impresionado la historia de la chica (qué valor!) y me ha gustado mucho la reacción que tuvo el entrevistador.
Afortunadamente la chica consiguió el trabajo. Por cierto, me he olvidado de felicitarla al salir!
Es curioso pero hace tiempo escribí una aplicación de la Marca Personal para las empresas y planteé un caso parecido.
http://www.marcapropia.net/casos.htm#caso1
Sigues sorprendíéndome.
Gracias otra vez por tus comentarios, Andrés!
Más de una vez me he encontrado con que perfiles como éste tienen, en su salario, una componente de variable por los clientes que consigan.
Me gustaría añadir que conozco el caso de una clínica dental en la que la recepcionista tiene una parte de su sueldo en función de los clientes que usen más que los servicios básicos gracias a su labor en recepción para explicar lo que ofrece la clínica.
Parece mentira lo mucho que hace hasta el empleado más “insignificante” ( y recalco que lo pongo entre comillas). Lo más grave es que los grandes jefes lo saben, pero les da igual.
Por ejemplo, las secretarias de dirección están cotizadísimas. Pero en cuanto los jerifaltes salesn de su despacho se les olvida la importancia de tratar bien a todos los empleados. Por eso, casos como éste, que deberían ser lo habitual, nos parecen tan extraños.
Por cierto, me resulta más llamativa la reacción del entrevistador que la actitud de la chica. Hay poquitos así, o, por lo menos, yo no los conozco.
He aquí una muestra de que no todos los empresarios/ejecutivos son como ogros y tienen un poquito de humanidad.
No, ahora en serio, yo no puedo concebir una empresa sin un buen trato entre empleados y jefes, en la que el respeto y la humildad sean valores clave de todos y cada uno de ellos.
De esta forma el buen ambiente interior se transmite al exterior (clientes, proveedores…), aunque no se quiera exagerar, estas cosas normalmente se notan al entrar en una empresa.